Cada persona ve las cosas de una manera.
Donde una ve un muro, otra ve un lienzo.
Mientras unos cierran puertas, otros abren ventanas.
Si uno llora de tristeza, otro saca lágrimas a la alegría.
Tropezar a veces equivale a sacar fuerzas para levantarse.
Y es que no es el fin del mundo por mucho que así nos lo pinten.
Siempre queda algo de uno mismo para seguir tirando.
lunes, 17 de diciembre de 2012
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Manchas de tinta