Las personas mienten, se traicionan, se clavan puñales por la espalda (tantas veces que es un milagro que sigan con vida) Se decepcionan y se recriminan tan a menudo que ya parece normal. Pero no lo es.
Si las personas que todavía tienen fe en el mundo, que tienen ese impulso (imperdonable) de querer cambiar las cosas se encuentran con gente que no hace más que ignorar, aplastar, quemar o golpear sus ganas de vivir...terminan cambiando.
Y eso si que es triste.
martes, 11 de enero de 2011
11 de Enero
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Manchas de tinta