Llorar por acabar un libro.
Pero no un libro cualquiera. Uno que te ha acompañado durante los dos últimos meses antes de dormir cada noche. Que tenía la historia de lo que estabas viviendo escrita. Que cada palabra que leías parecía pensada para ti.
Eso es lo que me encanta. Y por eso lloro.
Porque se ha terminado.
jueves, 26 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Manchas de tinta