Hay días y días.
Días en los que sonreír parece lo más natural y fácil del mundo y otros en los que notas que los músculos de la cara se niegan a hacer ese simple gesto.
Días en los que te despiertas con la sensación de que va a ser un buen día...y acabas acostándote con lágrimas de frustración en los ojos.
Porque 24 horas dan para (demasiadas) cosas y a veces desearías que pasasen como si fueran 24 segundos.
lunes, 13 de junio de 2011
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Y sin embargo otras veces desearías que, en lugar de 24 horas, fueran 24 días...
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