Oficialmente: los sábados son agotadores. Ni tan siquiera queda tiempo para escribir, lo cual tiene su lado bueno.
Y los domingos se resumen en: dormir hasta tarde, chocolate, baloncesto, ordenador, libros, estudiar, trabajos, conversaciones por telefono y música. No hay suficientes horas para tanto.
domingo, 13 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Yo quisiera que el día tuviera más horas, para todo lo que me gustaría hacer y por pereza no hago, necesito muchos minutos de pensamiento para todo...
ResponderEliminartienes un blog [muy] interesante y personal.